...y la sangre ya había cubierto la espina.
Cuando quiso removerla no podía encontrarla entre el mar de rojo carmesí...
Ahora su vista se nubla, se marea y apenas puede mantenerse en pie y, finalmente, encuentra la herida, una daga. Se pregunta por que?
Ella baja su mirada y responde: todas las rosas tenemos espinas...
El vestido blanco ahora es rojo y él, un cuerpo sin vida en el jardín.
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