sábado, 25 de julio de 2009

Llega la frustración otra vez sin siquiera tocar la puerta.
Se sienta en mi cama y se acomoda, como si estuviese planeando quedarse mucho rato.
Se acomoda tanto que se acuesta conmigo y se despierta a la misma hora que lo hago yo, me acompaña cuando salgo, cuando como y cuando me siento acá a escribir, se sienta conmigo y me ata las manos.
A veces me tapa los ojos y me hace creer que tiene la razón, cuando no es cierto, pero me enceguece y no me deja darme cuenta de que en realidad, una vez, hice algo bien.

1 comentario:

  1. ¡Otra vez cambio el fondo! Pero que mujer indecisa, haha. Nos vemos, Miwa.
    Salut~

    Holmes.

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